Asus 67 años y luego de atravesar una delicada situación de salud debido al cáncer, falleció este martes el padre Alirio López, reconocido por su importante labor como vocero en temas de paz y reconciliación desde la Iglesia católica y su liderazgo social desde organizaciones como ‘Goles en paz’.
Monseñor Alirio López nació en Bogotá el 19 de julio de 1954 y recibió su ordenación sacerdotal en 1983, momento en el que inició una carrera de 38 años al servicio de la Iglesia y de las comunidades.
Fue filósofo y teólogo del Seminario Mayor Arquidiocesano de Bogotá, con un posgrado en Bioética de la Universidad El Bosque. Creció jugando al trompo al tiempo que fue acólito en la parroquia de Santa Catalina de Siena, del barrio La Florida, de los padres Domingo Laín y Camilo Torres, sacerdotes que hicieron parte de los inicios del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En la memoria de gran parte de los colombianos se mantendrá como el padre del seriado Pandillas, guerra y paz, pero su labor fue mucho más allá de las pantallas de televisión. En colaboración con la Policía y otras instituciones, adelantó esfuerzos para capacitar y resocializar a jóvenes pandilleros de Ciudad Bolívar.
Arquero de fútbol y fiel seguidor de Millonarios, entendió que desde esta afición también se podía impactar positivamente a las comunidades, como lo hizo desde ‘Goles en paz’, iniciativa con la que buscó reconciliar a las barras bravas de los diferentes equipos del país.
En 2009 fue nombrado capellán de su santidad Benedicto XVI, con el título de Monseñor, luego de haber trabajado durante años al frente de parroquias de la capital del país, como la del barrio Egipto o en el Country Sur, donde estuvo 15 años, y lideró campañas de desarme, así como diferentes obras sociales por las que es muy recordado por la comunidad.
Aun durante la pandemia acompañó a sus feligreses con un mensaje de esperanza al sacar la custodia frente a la puerta principal del templo de San Ambrosio, del que era párroco, ante la imposibilidad de oficiar actos presenciales en los primeros días de la cuarentena de 2020.
Se consideraba a sí mismo como un padre revolucionario del amor y creía en que los sacerdotes debían ser evangelizadores de la política, pero respetando la consciencia, pues la Iglesia no es ajena a los problemas que atraviesa el país.
El Tiempo 2021-06-16
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