“El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y estamos alegres” (Salmo 125, 3)
Estimados hermanos presbíteros: reciban nuestro afectuoso saludo.
Próximos a la celebración de la Misa Crismal, en la que nos encontraremos para agradecer al Señor el don de su sacerdocio y para renovar, como un solo cuerpo, nuestras promesas sacerdotales, les animamos a participar en ella con renovado entusiasmo.
Por otra parte, estando cercana la Semana Mayor, nos dirigimos a ustedes para animarlos a vivir este especial tiempo de gracia que el Señor nos regala, en medio de la pandemia, de la crisis social (global y local) y de las elecciones presidenciales venideras en nuestro país.
Que el memorial del acontecimiento central de nuestra fe, la Pascua del Señor, ayude a fortalecernos en el amor, la esperanza y la fe para ser sus testigos, en medio de las “sombras del mundo” que comprometen la fraternidad.
Que estos días santos nos permitan redescubrir la vocación y condición de ser miembros y servidores del pueblo de Dios en su caminar, valorando y promoviendo las distintas vocaciones, servicios y ministerios para la misión.
En estos días tendremos la oportunidad de vivir las cuatro cercanías que el Papa Francisco recomienda a los sacerdotes: cercanía con Dios, cercanía al obispo, cercanía entre los sacerdotes y cercanía al pueblo (cf. Discurso del Santo Padre Francisco al Simposio ”Por una Teología Fundamental del Sacerdocio”, jueves 17 de febrero de 2022). En medio de la actividad no descuidemos la intimidad con Dios y el contacto con la palabra de Jesús: si permanecemos unidos a él, experimentaremos el poder de su resurrección, compañía, consuelo y alegría; reconozcamos el vínculo profundo que nos identifica y hermana como sacerdotes, vivamos la solidaridad también entre nosotros, favorezcamos los encuentros sacerdotales (el jueves santo es una especial ocasión para saludarnos y encontrarnos); no perdamos de vista el valor de la acogida y la escucha al Santo Pueblo de Dios sufriente y creyente; que abundemos en cercanía, compasión y ternura para con él; como nos ha dicho el Papa Francisco en el mensaje de cuaresma de este año: “no nos cansemos de orar, no nos cansemos de extirpar el mal de nuestras vidas, no nos cansemos de obrar la caridad activa”.
La vuelta a la presencialidad con prudencia es un motivo de gran alegría. Celebremos con gratitud la presencia fiel y redentora del Señor. Animemos a nuestro pueblo y -permitamos que su fe nos fortalezca; que las -celebraciones y procesiones sean bien preparadas, fervientes y bellas para dar testimonio de la alegría y de la vida nueva que se nos brinda; oremos unos por otros: oremos sin desfallecer por la paz del mundo y por la paz de Colombia, supliquemos al Espíritu Santo el don del discernimiento para vivir con responsabilidad ciudadana el proceso democrático que nos llevará a la elección del nuevo presidente de la República.
Reciban nuestro abrazo fraterno y nuestra oración para que todos, como porción del Pueblo de Dios que peregrina en Bogotá, crezcamos en Santidad.
Bogotá, D.C. 5 de abril de 2022.
+ Luis José Rueda Aparicio – Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia
+ Pedro Manuel Salamanca – Obispo Auxiliar de Bogotá
+ Luis Manuel Alí herrera – Obispo Auxiliar de Bogotá
+ Germán Medina Acosta – Obispo Auxiliar de Bogotá
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