Hemos meditado cómo salir del tiempo al no-tiempo, para la experiencia del nacimiento del Verbo en el alma, propia de la práctica contemplativa, pero, la mayor parte de nuestra vida la vivimos, obviamente, en el tiempo.
¿Cómo lo eterno se ha de hacer presente en el tiempo?
El Dios Bueno se hace presente en la humanidad, para que la humanidad haga de su existencia, una obra buena; para que la Bondad Divina, sea quien realice la existencia. La Presencia Divina en la humanidad, conduce la historia, hace que los seres humanos encuentren sentido, y que cada uno de los hombres pueda vivir su existencia, como una Presencia Divina actuante.
Por eso nuestra práctica, también, de modo especial es la ATENTA PRESENCIA, que consiste en vivir en el ahora conscientemente, sin distracciones; es el presente de modo transparente y de modo abierto a la continua Obra de la Gracia Divina.
Las tareas que se realizan, han de ser sin intenciones del ego, sino mas bien, movidas por la Fuerza Divina que habita en el alma de cada hombre. La práctica contemplativa, ha de llevarnos a vivir actuando en cada instante como si fuese Dios quien estuviese haciendo, a través nuestro, las tareas que nos corresponde hacer.
Dios se hace historia, en la medida en que los hombres hacen la historia…
Dios se hace presente, en la medida en que los hombres le permiten su presencia en sus corazones…
La práctica contemplativa no desencarna a la humanidad, por el contrario, diviniza la acción humana, busca que cada momento, cada acción, cada proyecto humano, proceda del Corazón Divino, y se obre con la fuerza de su Espíritu.
Ahora nos sentamos en practica contemplativa para buscar abandonar nuestro propio yo, y permitir que sea la Presencia Divina, quien invada y guíe nuestra existencia. La práctica es la Escuela.
Víctor Ricardo Moreno Holguín, Pbro.
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