Esta obra explora cómo los sacerdotes católicos habitan el ambiente digital de las redes sociales, específicamente de Facebook. Los autores observaron cómo se presentan los clérigos, qué publican y cómo sus contactos interactúan con este contenido. Además, en el contexto de la pandemia, examina cómo se está empleando la tecnología digital y las redes sociales para los propósitos del ministerio sacerdotal. El objetivo del libro, como lo aclara su editor “es ayudar no solo a los sacerdotes, sino a todas las personas a llegar a ser competentes no solo en las cuestiones del mundo virtual, sino también en la práctica de la virtud”.
Esta publicación nació como un proyecto de investigación en el curso de Mass Media and Comunication de esta facultad durante el segundo semestre del año académico 2018-2019. A lo largo de estos meses se hicieron algunas aproximaciones al tema de las redes sociales y se trazó el diseño metodológico. El grupo de trabajo quedó constituido por estudiantes de varias nacionalidades. Al final, la investigación fue realizada en algunas diócesis del Congo, Eslovenia, Italia, Filipinas, Brasil, Colombia, Haití y España. De hecho, los capítulos de este libro incluyen los resultados obtenidos en cada país, un análisis comparativo entre ellos y otros ensayos que abordan los temas de la celebración de la eucaristía durante la pandemia, la relación entre el ministerio sacerdotal y la comunidad cristiana en la era de las redes sociales y algunas lecciones de tipo académico y pastoral con respecto a la idea de una iglesia virtual.
Fernando Sahuquillo, redactor multimedia en Europa Press Baleares, llevó a cabo su trabajo en la Arquidiócesis de Valencia. En la muestra estudiada se observa que los clérigos de esta jurisdicción eclesiástica emplean Facebook con un fin institucional más que personal. Fernando asevera que “Facebook funciona como una especie de altavoz para la comunidad parroquial, es decir, que los sacerdotes emplean esta red social para la difusión o la comunicación de la realidad o las actividades parroquiales”. Al constatar que las publicaciones que más interacción obtienen son las que se han incluido dentro de la categoría de “vida privada”, Sahuqillo recuerda que “la popularidad que por lo general es caracterizada por un “like” no es una medida de relevancia social, de ahí que debamos aceptar el hecho de que lo relevante no siempre es popular. Sin embargo, esto no debería ser una excusa para que el estilo comunicativo de los sacerdotes no sea más vivo y personal”.
Diego Meza,estudiante colombiano de doctorado en esta Facultad escribió el capítulo titulado: “To Appear or not to Appear”: How Catholic Priests in Colombia use Facebook before and during the Covid-19 Pandemic. En su trabajo realizado en Ipiales, una diócesis del suroccidente colombiano, establece una clasificación de sacerdotes usuarios de Facebook: el fisgón, el lector de información, el evangelizador y el transmisor de datos. Además, indica los cambios producidos por la pandemia en cuanto a frecuencia de publicaciones y tipo de contenido compartido. En este sentido, Diego nos refiere que “existe una amplia teoría que explica el crecimiento de la religiosidad online durante la pandemia. Sin embargo, lo que percibí en la muestra que estudié fue que las publicaciones de los sacerdotes respondían a otras necesidades. Este hallazgo me permitió entender Facebook no solo como un medio a través del cual se hace o se comunica algo, de tipo religioso en el caso de los clérigos, sino también como un instrumento-actividad, algo parecido a un dispositivo, quizás un juego, que brinda ciertas gratificaciones personales”.
El libro también aborda algunas consideraciones de tipo pastoral. Todo lo que es válido para la homilética, la pedagogía y la comunicación efectivas también sirve para la comunicación en línea y no hay que olvidarlo o menospreciarlo. En esta dirección, el profesor Lah nos cuenta que “todos podemos aprender mucho a través de la visualización y la escucha reflexivas y decididas de aquello que publicamos o transmitimos a través de Internet. Por ejemplo, un análisis formal de nuestros discursos, saludos y homilías pueden enseñarnos mucho sobre lo que funciona (o no) en la pantalla. Predicar, catequizar y adorar son actividades de comunicación sui generis. El énfasis no está en impartir conocimientos sobre algunas cosas. No se trata de información o educación, tampoco de entretenimiento. No obstante, todos estos elementos están presentes en toda homilía y liturgia. Deben ser instructivas, relevantes e informativas, y deben ser entregadas de una manera atrayente y atractiva”.
Con respecto a las misas en streaming, Lah señala que “un uso apropiado de la tecnología en el contexto de la liturgia no puede reducirse a colocar una cámara de video en el templo y conectarla a Internet, mientras se sigue haciendo todo como de costumbre. Hacer esto se parecería a los primeros programas de noticias de radio y televisión que consistían en leer informes de noticias o artículos de periódicos ante un micrófono o una cámara de video”.
Sin saber todavía cuando volveremos a celebrar la liturgia en nuestros templos con la presencia de varios integrantes de nuestras comunidades cristianas, este sacerdote jesuita nos invita a leer su libro y a aprovechar esta crisis como una oportunidad para aprender cosas nuevas y mejores en relación con la comunicación eclesial, nuestra presencia en las redes sociales y las celebraciones religiosas online:
“Este libro ofrece un aporte con respecto al uso adecuado de Internet (y de las tecnologías modernas en general) en nuestras actividades pastorales, especialmente en lo que respecta a los sacramentos. No solo es el resultado del análisis estadístico de los perfiles de sacerdotes en Facebook sino también de una serie de conversaciones con clérigos y laicos. Creo que puede ser muy fructífero para todo nuestro trabajo evangelizador en el contexto de un mundo cada vez más digital”.
Es la misma invitación que hace Nataša Govekar, directora teológico-pastoral, del Dicasterio para la Comunicación de la santa sede: “¿Existe una forma adecuada de utilizar las redes sociales con fines pastorales? ¿O corremos el riesgo, sin nuestra participación consciente, de cambiar nuestras comunidades reales, aunque imperfectas, por el aislamiento de la cámara de resonancia? Este libro nos ayuda a reflexionar sobre cómo nosotros, como cristianos, podemos crear un entorno digital más saludable que pueda afrontar mejor el desafío de la construcción de una comunidad”
El libro está disponible en el siguiente este enlace.
https://www.religiondigital.org/libros/Navegando-hiperespacio-Iglesia-sacerdotes-Internet_0_2412058779.html
Fuente: Religión Digital
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