Una experiencia de fraternidad sacerdotal.
El próximo cardenal de Colombia, monseñor José Luis Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, abriendo puertas de sinodalidad, -y en otra de sus manifestaciones de fraternidad- da pasos adelante en una Iglesia que se encuentra con todas las realidades eclesiales. Este fin de semana ha tenido un encuentro con un grupo de sacerdotes “que ya no ejercen su ministerio en el altar”, pero que siguen ofreciendo su vida al Señor desde la realidad familiar.
El encuentro se realizó en las instalaciones del Seminario Mayor de San José donde casi todos ellos se formaron para el ministerio. Una experiencia que les fue renovadora: regresar al ‘alma mater’ del clero. Muchos de ellos no ingresaban a ella desde hace años.
La iniciativa fue del mismo arzobispo, quien, en encuentros previos con algunos de los clérigos que ya no están ejerciendo el ministerio en el altar, propuso este grato momento. Por tal motivo, la convocatoria ha sido cada vez más ampliamente acogida. Se encontraron como hermanos, celebraron la Eucaristía, compartieron la mesa, se abrazaron, reflexionaron y soñaron juntos. El texto que enmarcó el encuentro fue el de 1Tes 4, 9 – 11:
“HERMANOS: Acerca del amor fraterno, no hace falta que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse los unos a los otros; y así lo hacen con todos los hermanos de Macedonia. Sin embargo los exhortamos, hermanos, a seguir progresando: esfuércense por vivir con tranquilidad, ocupándose de sus asuntos y trabajando con sus propias manos, como se lo tenemos mandado.”
El mismo, señor arzobispo, resumió el encuentro con estas palabras:
“El encuentro con los sacerdotes que están en comunión como Iglesia, aunque no ejercen el ministerio en el altar, me dejó varios aprendizajes:
- “Vivimos con alegría una nueva vocación en la Iglesia”.
- “En esta nueva vocación vamos acompañados por nuestras esposas y nuestras familias”
- “Tenemos talentos que queremos poner al servicio de la evangelización”.
- “Hagamos discernimiento para ver con mayor claridad dónde agregamos valor, es decir, cuál es nuestra misión junto a todo el Pueblo de Dios: laicos y ministros ordenados”.
- “Existe una selva con una múltiple diversidad de situaciones, estamos llamados a buscar la armonía no la uniformidad”.
El centro de todo este proceso es Jesucristo. Seremos dóciles al Espíritu Santo que conduce nuestra vida y la vida de la Iglesia. Seguiremos encontrándonos, en actitud fraterna de oración formación, discernimiento y misión.”
Siguiendo los pasos del papa Francisco, el arzobispo de Bogotá, manifiesta en una Iglesia cada vez más abierta. Nos alegramos con él, y desde la fraternidad sacerdotal que cada vez más crece en Bogotá, abrimos los brazos de el reencuentro con estos hermanos que siempre serán sacerdotes. Muchos de ellos siguen siendo nuestros amigos personales, hemos compartido con sus familias y el vinculo de amistad que nos ha unido no se ha roto con el cambio de circunstancias. Para eso son los amigos…
Víctor Ricardo Moreno Holguín, Pbro.
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