Hoy, último día del año 2021, amanecí preguntándome: ¿Qué pido? ¿Qué hago?
Se me vinieron a la mente dos palabras para compartirlas con ustedes a manera de oración:
Señor Jesucristo, hoy nuevamente te pido INCLINACIÓN.
Inclina mis rodillas ante tu grandeza y no ante mi soberbia.
Inclina mi cabeza ante la humildad y no ante la comodidad y avaricia;
pero sobre todo inclina mi corazón hacia las inspiraciones del Espíritu Santo,
para decir la palabra apropiada, tomar la decisión acertada, inspirar ternura y amor ante la debilidad.
Señor, también te pido TRANSFORMACIÓN.
Transforma mi mirada hacia el bien y no solo para lo que me conviene.
Transforma mis manos para que artesanas construyan puentes y no puños de odio y desunión.
Transforma mis pasos para ir a donde me pidas y no a donde me convenga.
Transforma mis pensamientos en agradecimiento por todo lo que viva.
Pero, sobre todo, transforma mi corazón para que no pretenda grandezas.
Que me desacomode para comprender, callar y aceptar la realidad tal como es.
Gracias Señor por el cuadro que me regalas para el el 2022;
solo déjame dibujar el paisaje, pero contigo…
Amén.
¡FELIZ, AÑO! HERMANO SACERDOTE
P. Nelson Humberto Torres González
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