El ayuno no tiene que ver ni con un menú ni con una dieta. Quien sabe el secreto del ayuno no pregunta por cuales alimentos ni por cuanto echar al plato. Si bien, el modo de comer habla del camino espiritual de un ser humano, porque evidencia qué tan libre es de ataduras a la creación, de ninguna manera el ayuno se restringe a la mesa:
Este es el ayuno que yo quiero:
soltar las cadenas injustas,
desatar las correas del yugo,
liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
cubrir a quien ves desnudo
y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora,
enseguida se curarán tus heridas,
ante ti marchará la justicia,
detrás de ti la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor y te responderá;
pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”».
El ayuno tiene que ver más con la actitud del corazón: desencadenamos a quienes hemos atado con nuestros prejuicios…
En el hogar, por ejemplo, el amoroso yugo matrimonial, si en algún momento se convirtió en una tediosa y pesada carga sin darnos cuenta… clama por su renovación…
Y claro, el compartir el pan, el techo y el abrigo surgen del corazón antes que de las manos…
Este tiempo es un camino hacia la luz que surge como la aurora… porque cada acción hace parte de esta cuaresma de experiencias espirituales…
¡VAMOS! EN ESTA CUARESMA, RETORNA A LO QUE ERES EN VERDAD…
SALMOS – Espiritualidad Integral
Visitas: 394