El tesoro musical y una parte de los bienes culturales del padre Alfonso Rincón González, fue entregado formal y materialmente por su familia, al P. Víctor Ricardo Moreno Holguín, director de la Fundación Salmos Espiritualidad Integral, en el municipio de Choachí, Cundinamarca, el pasado mes de octubre, en el 6º. aniversario del fallecimiento de quien fuera el Delegado para el Diálogo con la Cultura y Director de la Fundación Música en los Templos. El propósito de la familia Rincón González es el de garantizar la difusión de este legado, que hasta ahora había permanecido archivado.
Su hermano, José Vicente Rincón González, en compañía de algunos familiares, fue quien realizó la entrega de los programas radiales ‘Lo sagrado en la tradición musical’, ‘La Misa en la tradición musical’, colecciones musicales, diversos escritos, otras producciones y varios libros, en el atrio de la sede rural de .S.A.L.M.O.S.. Estos bienes culturales han venido a enriquecer los tesoros de la Obra que el padre Alfonso apoyó como una propuesta de espiritualidad integral desde su origen.
Ya, en el salón de meditación .S.A.L.M.O.S., se encontraba el ambón, de ebanistería benedictina, desde el cual el padre Alfonso predicaba la Palabra, exponía sus magníficas conferencias y no pocas veces comentaba las obras musicales de la cultura universal. Al igual, en el oratorio se conserva un antiquísimo cuadro del Sagrado Corazón, que el padre Alfonso personalmente entregó al padre Víctor Ricardo unos días antes de su partida, y algunos libros que ahora hacen parte de la biblioteca de espiritualidad.
En Choachí, la familia Rincón González fue testigo de la amistad de estos dos hermanos sacerdotes, a quienes unieron las formas amplias de comunicación y el interés por la cultura universal, al punto de llevarlos a crear el primer proceso formativo para ‘Ministros de la Comunicación y la Cultura’, con el apoyo académico e institucional de la universidad Sergio Arboleda. El objetivo que se trazaron fue el de brindar formación y perfilar animadores, para que todas las parroquias y organizaciones eclesiales, tuviesen responsables dedicados pastoralmente a estas dimensiones de la evangelización.
Una teología posconciliar capaz de generar una narrativa esperanzadora de los aconteceres humanos, la profundidad de los místicos, tales como el Maestro Eckhart, de quien el padre Alfonso publicó una obra, el disfrute franciscano de los entornos naturales propios de La Unión, en donde el padre Alfonso tenía su finca (a unos kilómetros de Choachí) y una serena, alegre y transparente amistad, mantuvo a estos hermanos presbíteros mirando hacia un mismo horizonte, en beneficio de la Iglesia Arquidiocesana.
Por su parte el padre Víctor Ricardo, manifestó su gratitud, y reafirmó el serio compromiso de buscar por todos los medios posibles, difundir el tesoro de su amigo el P. Alfonso, un legado para la Iglesia de Bogotá y de Colombia, como lo reconocieron tantas autoridades académicas, culturales y sociales en vida y después de su fallecimiento; porque una herencia así, es una de las banderas más altas de nuestra querida Arquidiócesis de Bogotá, que entre todos debemos enarbolar.
Por Redacción de El Clero.co
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