En el documento ‘Reina de la Paz’, el Vaticano advierte que “algunos” mensajes atribuidos a la Virgen que “se desvían” de lo apropiado y generan “algunas posibles confusiones que pueden llevar a grupos minoritarios a distorsionar la preciosa propuesta de esta experiencia espiritual”.
De hecho, algunos mensajes pueden parecer “ligados a experiencias humanas confusas, a expresiones imprecisas desde el punto de vista teológico o a intereses no del todo legítimos” aunque, admiten, algunos de dichos errores pueden no ser “debidos a una mala intención, sino a la percepción subjetiva del fenómeno”.
¿Cuáles son? Por ejemplo, momentos en los que “la Virgen parece mostrar cierta irritación porque no se han seguido algunas de sus indicaciones; así, advierte de signos amenazadores y de la posibilidad de que dejen de aparecer”. Frente a ello, Roma apunta que otros párrafos atribuidos a la Virgen contradicen esta visión advirtiendo de que “los que hacen predicciones catastróficas son falsos profetas”.
Para Doctrina de la Fe, resultan especialmente preocupantes los mensajes dirigidos a la parroquia de Medjugorje, donde “da la impresión de querer sustituir con Ella los organismos ordinarios de participación”, y en una “insistencia en escuchar y aceptar los mensajes”, que Roma atribuye a los “supuestos videntes”, y que puede generar problemas cuando se refieren a “peticiones de improbable origen sobrenatural, como cuando la Virgen da órdenes sobre fechas, lugares, cuestiones prácticas y toma decisiones sobre asuntos ordinarios”, y que Roma no reconoce.
El Vaticano busca expresamente deslindar el fenómeno de las opiniones, siempre polémicas, de los supuestos videntes, a los que reconoce como tales. Roma subraya el éxito de las peregrinaciones, que cada año llevan a cientos de miles de fieles a este rincón del mundo, con “abundantes conversiones” y “la promoción de una sana práctica de la vida de fe”.
Pese a todo, y dejando claro que “esto no implica una declaración del carácter sobrenatural” de las apariciones, y recordando que nadie está obligado a creer que la Virgen se apareció en Medjugorje, la Santa Sede “autoriza el culto público” y las peregrinaciones al santuario.
“La valoración positiva de la mayor parte de los mensajes de Medjugorje como textos edificantes no implica declarar que tengan un origen sobrenatural directo”, precisa el documento, que añade que cada obispo debe tomar “decisiones prudenciales” en el caso de que haya personas o grupos que “hagan un uso inadecuado de este fenómeno espiritual y actúen de forma equivocada”.
El Dicasterio valora fundamentalmente el “mensaje de paz” recogido en Medjugorje, una paz “entendida no sólo como ausencia de guerra, sino también en sentido espiritual, familiar y social”, y que “implica también el amor a los que no son católicos”, un aspecto especialmente relevante “en el contexto ecuménico e interreligioso de Bosnia y Herzogovina, marcado por una terrible guerra con fuertes componentes religiosos”.
“Podemos reconocer un núcleo de mensajes en los que la Virgen no se sitúa en el centro, sino que se muestra plenamente orientada a nuestra unión con Dios”. Además, “la intercesión y la obra de María aparecen claramente supeditadas a Jesucristo”. Esto es: maría como intercesora.
Al tiempo, destaca Roma, en los mensajes se percibe “una invitación constante a abandonar el estilo de vida mundano y el apego excesivo a los bienes terrenales, con frecuentes llamadas a la conversión, que hace posible la verdadera paz en el mundo”.
Junto a la paz y la conversión, Medjugorje contiene “una exhortación insistente a no subestimar la gravedad del mal y del pecado y a tomar muy en serio la llamada de Dios a luchar contra el mal y contra la influencia de Satanás”, así como el papel del ayuno, la oración y la práctica sacramental.
Selección tomada de Religión Digital 19-09-2024
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