LAMENTAMOS PERDER LA OPORTUNIDAD DE ESCUCHARLO.
Todos los clérigos y religiosos estamos llamados a ser maestros de espiritualidad, por el consciente proceso evolutivo de nuestro itinerario espiritual. Lo lograremos en la medida en la que nos acerquemos a figuras cercanas y actuales que, en medio del frenesí cotidiano, saben cómo encontrar y vivir en comunión con la presencia de Dios.
Todo sacerdote y todo religioso está llamado a ser discípulo, pero también a convertirse en un maestro de espiritualidad para la comunidad eclesial. El padre Jacques, gracias a su itinerario espiritual, iniciado como un laico matemático hasta transformarse en un religioso presbítero de la Orden de las Bienaventuranzas, de notoria influencia carmelitana, se presenta ante nosotros, como uno de los actuales maestros de espiritualidad.
Estas son palabras del P. Jacques Philippe, quien nos hace comprensible la mística del Maestro Jesús de Nazaret:
“Las Sagradas Escrituras nos hablan de andar en la presencia de Dios, que no siempre se siente, pero, a través de la oración de la fe podemos mantener ese contacto con Dios, que nos purifica, nos renueva, nos santifica poco a poco; y Dios es la Fuente”.
En esta toma de conciencia, de aprender a caminar juntos, de sinodalidad, la centralidad de todo nuestro ser, en la Presencia Divina, es condición sine qua non. Y aunque todos los días predicamos, todos los días elevamos nuestra oración y todos los días manifestamos signos de nuestro amor al Señor en los hermanos, es también cierto que rápidamente perdemos nuestra centralidad en Aquel que es la Fuente de nuestra santificación, nuestra renovación y nuestra fortaleza en el ejercicio ministerial.
Dirigimos nuestra mirada al maestro Jesús de Nazaret, Quien nos habla en los labios y el testimonio del padre Philippe.
La andadura de este clero diocesano de Bogotá nos ha permitido encontrarlo gracias a sus andaduras por todo el mundo, dando conferencias, dirigiendo retiros espirituales, y sobre todo, invitándonos a vivir en la continua presencia de Dios, en ‘Paz Interior’, tal como se llama una de sus obras más notables.
No iremos a escuchar a un erudito, ni participaremos en este encuentro para una charla de actualización teológica. Los presentes nos haremos presentes con sed de espiritualidad, de esa que el P. Jacques ha sabido beber a lo largo de su existencia y que sabe compartir con generosidad.
Hace un par de meses, por primera vez, una religiosa dirigió los retiros espirituales de este clero, imprimiendo, en sinodalidad, lo que es propio de una mujer a nuestra espiritualidad presbiteral, con un lenguaje fresco e iluminador. Nuestro arzobispo, Luis José Rueda Aparicio, junto con sus obispos auxiliares y el Equipo de Formación Permanente del Clero, está haciendo los mejores esfuerzos por ponernos de frente ante el Misterio, que se hace carne, pero que, para mantener un camino de perseverancia, necesita de unas claves.
Sabemos que el, P. Jacques, viene a hacer un aporte en este sentido, y agradecemos, que ya, desde este encuentro, podamos renovar nuestro esfuerzo de mantenernos en la continua presencia de Dios.
‘Il est lá’, (Él está allí), decía el Santo Cura de Ars, refiriéndose al sacramento de la Eucaristía, pero también necesitamos poder decir ‘Il est ici’ (Él está aquí), en mí, como presencia que se renueva en una oración silente, cada vez más contemplativa, de adoración, incluso postrados, en esa intimidad en la que se enciende la Luz Interior del Espíritu que nos guía.
Con el anhelo de esta presencia divina, escuchamos al querido padre Jaques Philippe, en esta charla titulada: ‘La paternidad espiritual del sacerdote’.
Estamos en un mundo nada fácil, necesitamos sabiduría, luz y fuerza de Dios, en continuo contacto con la presencia de Dios. Única garantía para que tengamos fecundidad. La paz que necesitamos, tan esquiva en un mundo bombardeado por las redes sociales y medios de comunicación. Escuchando al padre Jacques Philippe, buscaremos recordar cómo es el actuar del Espíritu del Señor que trae la paz que tanto anhelamos.
Víctor Ricardo Moreno Holguín, Pbro. y Equipo de Formación Permanente del Clero
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